Iglesia mágica en Lisboa

2019-09-20

Kate The Traveller

En 1755, un poderoso terremoto azotó el sur de Portugal y el oeste de Marruecos. Lisboa, la capital del imperio marítimo en ese momento, fue completamente destruida. Este evento fue un shock ideológico y social tanto para Portugal como para toda Europa. La Lisboa, que admiramos hoy, es una estructura completamente nueva construida sobre las ruinas de la vieja ciudad. Algunos edificios resistieron la destrucción. El monasterio Do Carmo es uno de ellos.
 

Los grandes desastres naturales, aquellos que traen muerte y destrucción, suelen llevar a muchos a preguntarse sobre el sentido de la existencia y a cuestionar la intervención divina en ello; bien culpándola, eximiéndola o bien una mezcla de ambas cosas.

Algo así es lo que pasó en 1755, después del terrible terremoto de Lisboa y los devastadores efectos que tuvo, tanto en la ciudad como en la moral de sus habitantes, cuya confusión teológica quedó materializada en una pregunta: si todo era un castigo del Señor ¿por qué las iglesias quedaron destruidas, mientras los burdeles seguían en pie?

Aquel seísmo no era el primero que sufría la capital portuguesa, pues ya en 1531 hubo uno de una magnitud de ocho grados en la escala Richter, que arrasó buena parte del casco urbano de Lisboa. Sin embargo, el de 1755 fue aún más grave, alcanzando nueve grados. Tuvo lugar el 1 de noviembre, entre las 9:30 y las 9:40. Era una típica mañana soleada de otoño, en una de las capitales más importantes de Europa, entonces potencia marítima. Dado el carácter festivo de la jornada, día de Todos los Santos, la gente se preparaba para asistir a misa.

Unos pequeños temblores fueron el anticipo de lo que vendría a continuación. A medida que el suelo retumbaba más y más, todas las campanas de la iglesia comenzaron a sonar, y algunos de los edificios, temblando cada vez más, comenzaron a romperse. Los desplomes fueron aumentando porque el terremoto duró seis minutos con tres grandes sacudidas. Las iglesias, abarrotadas de fieles, se convirtieron en trampas mortales, al caer las bóvedas sobre ellos. Saltando entre las siniestras grietas de cinco metros que se abrían en el suelo, la gente huyó hacia los muelles, donde los espacios eran más abiertos. Fue allí donde la asombrada gente contemplo un extraño fenómeno: el mar se retiraba y la desembocadura del Tajo quedaba seca, dejando al descubierto el lecho marino con peces agonizando, húmedas algas e incluso restos de viejos barcos hundidos.

Hoy en día sabemos que es un tsunami, pero antaño no se tenía conocimiento de cómo era el mecanismo tectónico. Todos permanecieron allí, hasta que media hora más tarde, a las 10:10, se perfiló en el horizonte una aterradora pared de agua, una ola gigante de doce metros de altura que se acercaba imparable hacia la costa. Los tres tsunamis, consecuencia de los tres temblores de tierra, engulleron el puerto y penetraron la ciudad adentro, barriendo todo lo que encontraban a su paso.

Los temblores habían provocado también, que las numerosas velas encendidas en las iglesias, provocaran incendios. Estos se propagaron rápidamente. Lisboa estuvo cinco días ardiendo, de manera que lo que no había destruido el terremoto y las olas, acabó consumido por el fuego. Se perdieron dos tercios de la ciudad. La familia real se libró casualmente -su palacio estaba al lado del mar- ese día decidieron salir de la ciudad y pasar un día en el campo.

¿Los famosos burdeles se quedaron sin trastorno alguno? La explicación está en el subsuelo de Lisboa. La parte que esta próxima al mar, tiene en su composición abundantes sedimentos del Tajo, que son propensos a reblandecerse con los temblores y, consecuentemente, son inestables para cimentar. En el pasado, las ciudades se desarrollaron alrededor de las orillas de los ríos, y fue allí donde se construyeron las iglesias y edificios más importantes. En las afueras de la ciudad, por otro lado, el terreno era más duro y allí se construyeron los burdeles, la mayoría de los cuales resistió el desastre.

Monasterio de Carmo

Hoy, el admirado Monasterio de Carmo, es un remanente del desastre de 1755. Es verdaderamente mágico. Una vez dentro se puede sentir que aquí una vez ha pasado algo muy poderoso, más poderoso que las altas y robustas murallas de la iglesia, construidas por los hombres que aquel entonces colonizaban todo el mundo. La iglesia no tiene techo, y el hueco coronado con las pintorescas bóvedas góticas invita a mirar hacia cielo. En la actualidad alberga un Museo Arqueológico, pequeño pero imprescindible.

Elevador de Santa Justa

El convento tiene una posición privilegiada en la ciudad. Se encuentra en una colina del barrio Chiado, al lado del Plaza de Rossio, que es una de las más emblemáticas de Lisboa. Las vistas de allí dan al Castillo de San Jorge y al mar de techos de casas del barrio Baixa. Los dos barrios están conectados con el fantástico elevador de Santa Justa. Subir en elevador es, al igual que montar en tranvía, una de las experiencias lisboetas que no debéis perderos. Con sus 45 metros de altura, el Elevador de Santa Justa (conocido en su origen, como Elevador do Carmo) se terminó de construir en 1902 y su diseño es obra del ingeniero Raoul Mesnier de Ponsard. De estilo neogótico, posee una estructura de hierro, inspirada en técnicas ya aplicadas, en otras construcciones francesas de grandes dimensiones, como la Torre Eiffel. Las colas de acceso al elevador, son un fenómeno frecuente, por lo que te recomiendo que elijas la hora correcta del día para un paseo en el. Debido a la orientación del ascensor hacia el oeste, es ideal planificar una visita al atardecer, para tomar una de las fotos más bellas de la puesta del sol en Lisboa.

 

View this post on Instagram

In 1755 a powerful earthquake hit southern Portugal and western Morocco. Lisbon, the capital of the maritime empire at that time, was completely destroyed. This event was an ideological and social shock for both Portugal and Europe as a whole. The city of Lisbon, which we admire today, is a completely new structure built on the ruins of the old city. Several buildings resisted the destruction. Do Carmo Monastery is one of them. ?You can read an article about it on www.katethetraveller.com #portugal #portugaligers #portugal?? #portugal_photos #portugal_gems #portugal_places #portugaltravel #portugalsemigual #portugalalive #portugalpassion #portugalemperspectiva #portugaltrip #portugalplaces #portugalvisuals #travelingportugal #turismodeportugal

A post shared by Kate the Traveller (@katethetraveller___) on